El problema de la falta o la pérdida del trabajo lleva ya muchos años en nuestro país. Está claro que en estos últimos meses se viene agravando, pero lo que falta, falta hace mucho. Nadie -y mucho menos quienes nos decimos peronistas- podíamos creer que repartir planes sociales era dar trabajo. Me permito interpretar esa etapa de nuestra historia reciente: se tomaron en su momento decisiones por razones de urgencia y después, por falta de previsión, negligencia o deseos de manipular, se las convirtió en una estrategia permanente. SE PATEÓ PARA ADELANTE UNA DÉCADA Y ASÍ LE PATEARON PARA ADELANTE EL FUTURO A UNA GENERACIÓN ENTERA DE ARGENTINOS. Celebro que seamos mas los que reconozcamos hoy la "urgencia" en abordar el tema de la falta y la pérdida del trabajo. Pero aún con esta urgencia no podemos solamente pensar en la emergencia, nuestra obligación es aportar soluciones de fondo. El gobierno parece haber prestado atención a un conjunto de temas a los que no restamos importancia, pero descuida una realidad que golpea duramente a miles de hogares argentinos. Es por ello que en el dictamen de nuestro interbloque agregamos varias propuestas a la declaración de emergencia ocupacional, la prohibición de despidos por 180 días y la doble indemnización. Promovemos potenciar la institución del REPRO; impulsamos la protección de las micro, pequeñas y medianas empresas; proponemos mejorar la prestación por desempleo; sugerimos medidas para enfrentar el empleo en negro; impulsamos el sostenimiento y la creación de empleo PYME y la inserción de beneficiarios de programas sociales al mercado del trabajo. Estas propuestas merecen ser votadas...no vetadas !!!

En el Bloque UNAr - como parte del Interbloque Federal UNA- acompañamos el dictamen de mayoría respecto al pago de la deuda que nuestro país mantiene con los holdouts. En las conversaciones que mantuvimos con los representantes del oficialismo observamos predisposición a considerar nuestras observaciones y propuestas de modificación a aspectos tales como el tope de la emisión, los objetivos y destino de la misma y el monto de las comisiones de los bancos. Tras una larga historia de desmanejos, quedarán dudas respecto a -por ejemplo- si la quita hubiera podido ser mayor, pero queda claro que estamos analizando una situación donde no existe margen para las consignas vacías sino una sentencia firme que implica una obligación o -de lo contrario- asumir los costos del incumplimiento. Tenemos que crear condiciones que permitan a nuestro país poner fin al capítulo de la cesación de pagos, acceder al crédito internacional y promover el crecimiento de las inversiones. Y el arreglo con los holdouts abre nuevamente esta posibilidad.