Este acuerdo de pago pone al país en la senda del crecimiento, estamos en el mejor camino de un arreglo posible y sumamente conveniente, era difícil, dadas las circunstancias, lograr mejores términos o persistir en el no pago. Quiero desalentar los temores que manifestaron algunos senadores en el recinto, rescatando el cambio de clima en la justicia de EEUU a partir de la asunción del Presidente Macri y por eso quiero rescatar las palabras de John Fitzgerald Kennedy cuando decía: "no debemos dejar que nuestros temores nos impidan abrigar las mejores esperanzas".
15/03/2016 - ROZAS., Ángel
El Congreso Nacional tiene en sus manos cerrar un conflicto con acreedores externos que lleva quince años sin resolverse de manera definitiva. El desafío a superar, que significa poner fin al default más largo de nuestro tiempo, por solo un siete por ciento (7%) de la deuda externa argentina, nos convoca a buscar el consenso necesario, con la mayor prudencia, sensatez y responsabilidad. Gracias a una rápida y eficaz gestión del nuevo gobierno podremos cancelar ese saldo de deuda externa que resulta muy onerosa para el país, que viene acumulando altos intereses y deriva de una derrota judicial frente a los acreedores más hostiles, que se enriquecieron a costa de mantener indefinidamente al país en cesación de pagos. Ahora podremos salir del default y sacarnos de encima a los llamados “fondos buitres” que especularon contra la Argentina comprando títulos de deuda a precios muy reducidos - como lo hacen en el resto del mundo-, en situaciones de crisis, para luego litigar hasta cobrar la totalidad del crédito, con intereses y costas, aprovechando vacíos legales del sistema financiero internacional. No resolver antes este conflicto, - sea por empecinamiento, exceso de retórica, impericia o escasa lucidez para negociar-, le ha costado muy caro a nuestro país, ya que esa deuda impaga pasó de 6.182 a más de 18.500 millones de dólares reclamados. Pero además mantener al país en default ha venido agravando en los últimos años la recesión, la falta de acceso al crédito y su encarecimiento, fuera público o privado, incrementando la fuga de divisas, la caída de las inversiones y la pérdida de fuentes de trabajo, entre otras serias consecuencias para la marcha de la economía nacional. En primer lugar, el valor de los acuerdos cancelatorios de deuda que vamos a ratificar por ley, puede medirse por la quita lograda por nuestros negociadores, que trabajaron con paciencia, intensidad e inteligencia. Su trabajo ha sido meritorio ya que han alcanzado una quita de la deuda reclamada, de entre el 35 y el 38 %, que no es poco, luego de una dura batalla legal que nos había puesto en un curso de derrota imposible de corregir en sus resultados. No se puede ignorar que hoy tenemos sentencia firme en los Estados Unidos, para una deuda que se ajusta, en promedio, con un nivel de tasas de interés superior al 9 %. También tenemos la deuda reestructurada en 2005 y 2010 nuevamente en cesación de pagos declarada desde fines de 2014, luego que un acuerdo de pago que parecía encaminado con la intervención de bancos privados argentinos, terminó desvanecido en pocas horas, en medio de bruscos virajes y cambios de rumbo, con un discurso tan altisonante como inconducente para la solución del problema, de “Patria o Buitres”. Dijimos entonces que el gobierno había ideologizado la cuestión con una absoluta falta de realismo y de templanza para negociar seriamente, cuando podía resolverse un mejor arreglo de la deuda, a un costo mucho menor para el país. Es importante distinguir que nuestro repudio a los fondos buitres especuladores que compraron títulos de deuda por migajas para hacerse de ganancias extraordinarias, no significa que debamos actuar irresponsablemente. Argentina se recuperó con creces de la crisis del 2001, pero lamentablemente los últimos años incubó otra crisis económica. Tenemos pocas reservas, alta inflación, una economía estancada, un déficit público de casi 7 puntos del PIB y estamos al margen del financiamiento externo para repagar nuestras deudas y renovar nuestra infraestructura. La menor inversión extranjera directa en nuestro país, a raíz del default, se refleja en porcentajes llamativos en el ámbito regional, donde Argentina pasó de tener un 19 % a solo el 6 % del flujo de inversiones a la región. De ser el segundo receptor histórico de inversión extranjera directa, solo después de México, descendió al sexto lugar en 2014 debajo de Brasil, México, Chile, Colombia y Perú. Este acuerdo no genera más deuda sino un verdadero desendeudamiento, por sus menores tasas y más largo plazo. Los montos previstos de emisión para afrontarlo son perfectamente compatibles con el tamaño y la capacidad de pago de nuestra economía ya que con un PBI equivalente a alrededor de 500 mil millones de dólares, la deuda asumida -exclusivamente destinada para el acuerdo-, de 11.684 millones de dólares que supone egresos por intereses del orden de los 800 millones anuales, con este acuerdo termina siendo más accesible y permite desarrollar un programa de política cambiaria y fiscal más sustentable. Estamos convencidos que la salida del default contribuirá a aumentar las inversiones y a crear trabajo para los argentinos, pero para ello deberemos recomponer la solvencia fiscal del sector público nacional y provincial cuya falta de financiamiento se compensó con caída de reservas e inflación Este flagelo que nos afecta a todos puede empezar a resolverse con esta vuelta al circuito internacional de inversiones que nos permitirá ampliar la capacidad de oferta de bienes y servicios que lleve los precios a valores razonables para el bolsillo de los argentinos, sobre todo de aquellos que viven -desde hace años- con la angustia de tener que llegar a fin de mes. Reitero, no es volver a endeudarse. La deuda existía antes de que llegue Mauricio Macri al gobierno. Ahora queremos cerrar este capítulo doloroso para todos los argentinos.
10/03/2016 - ROZAS., Ángel
Al finalizar las audiencia públicas que organizó la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación para escuchar a los postulantes a Jueces de la Corte Suprema de Justicia Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz quiero destacar los antecedentes académicos, profesionales y sobre todo el apego a los valores de la democracia y la defensa de los Derechos Humanos que exhibieron ambos, y confirmo mi satisfacción y creo que la de la mayoría de los legisladores presentes, por estas audiencias y la solvencia de los candidatos elegidos por el Poder Ejecutivo para la Corte Suprema. Estas cualidades remarcadas además nos dan garantías a los legisladores y a la ciudadanía en general de la responsabilidad institucional con la que estos candidatos obrarían en caso de ser elegidos y quiero destacar que más allá de sus afinidades partidarias dejaron en claro la independencia de criterios que los van a guiar.
Mañana continuará la audiencia pública en la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación que recibe a Carlos Rosenkrantz, uno de los candidatos, junto a Horacio Rosatti, del presidente Mauricio Macri para cubrir las dos vacantes en la Corte Suprema de Justicia producidas por la renuncia de Eugenio Zaffaroni en diciembre de 2014 y de Carlos Fayt en diciembre pasado. La reunión se realiza en el Salón Azul del Palacio Legislativo con la participación de senadores de todos los bloques y representantes de asociaciones civiles de todo el país; la semana pasada escuchamos la presentación realizada por Horacio Rosatti quien dejó en claro que detenta claramente tanto antecedentes académicos como trayectoria profesional intachables que dan cuenta de su fuerte compromiso con los valores democráticos y con la defensa de los derechos humanos por lo que apoyamos y expresamos nuestra satisfacción por la elección que realizara el Presidente Macri de Rosatti para Juez de la Corte Suprema. Antecedentes como haberse desempeñado como Convencional Constituyente en 1994, Ministro de Justicia de la Nación, Conjuez de la Corte Suprema o Procurador General del Tesoro marcan el prestigio, la experiencia y la solvencia académica que deben tener los aspirantes a un cargo de semejante relevancia republicana e institucional. Sabemos también de los antecedentes y experiencia del Dr. Carlos Rosenkrantz que avalan la elección que realizara el Presidente, mañana estaremos participando atentamente de la audiencia pública, escuchando sus avales, exposición y respuestas a las impugnaciones recibidas para seguir avanzando en este procedimiento constitucional y de fuerte impacto institucional para completar la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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Fuente: Cámara de Diputados de la Nación y Cámara de Senadores de la Nación (sesiones ordinarias)